El 21 de noviembre de 2024 es otra fecha que se guardará en el corazón del Foro MS. Además de por el animado encuentro y reencuentro de las participantes, por haber vuelto a contar con la presencia del Dr. Adrián Cano. Anteriormente, online; en esta ocasión, en vivo y en directo.

Antes de dar paso a la ponencia nos lanzó una propuesta para la próxima invitación: que cada persona viniera con tres acompañantes. La clave para atraer: «que estemos convencidos de que lo que hacemos sirve para algo.»

Acto seguido se dio paso al tema tan interesante de la ponencia. Las personas podemos llegar a un estado de «madurez suficiente». Viendo el contexto actual de personalidad y madurez, cada vez hay más disregulación emocional y cuesta volver a la normalidad, cada vez cuesta más madurar, cada vez son más frágiles las personalidades… Es necesario profundizar en la personalidad entre otros temas. El doctor quería que nos lleváramos algo: «todos podemos ayudar.»

Nos presentó el doble significado de la personalidad, entendida como «forma de ser» y como «identidad«.

La personalidad se va configurando a lo largo de todo el desarrollo por la interacción de dos fuerzas: el temperamento (lo heredado, biológico, etc.) y el carácter (modulado por la educación, el entorno, la cultura, las experiencias, el aprendizaje, también por eventos traumáticos…, en fin, por lo exterior). Por lo tanto, el temperamento con el que se nace no determina la personalidad, ya que va a entrar en juego el carácter. En esta configuración influyen en gran medida estos dos factores: libertad y familia.

A la hora de estudiar la personalidad, nuestro apreciado ponente no es dado a categorizar, prefiriendo hablar de dimensiones.

Así pues, en la evaluación dimensional de la personalidad se tienen en cuenta dos niveles de funcionamiento: personal (identidad, autodirección) e interpersonal (empatía, intimidad). Los Big Five son los factores dimensionales de la personalidad más aceptados actualmente en la comunidad científica: neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad, responsabilidad. Pueden darse disfunciones dimensionales de la personalidad y psicopatologías.

Hablamos de madurez suficiente en términos de:

–  armonía: en expresión emocional, estabilidad emocional, equilibrio en interacción-interioridad, equilibrio en acción-«paciencia», apertura a la novedad, curiosidad, equilibrio realismo -idealismo, cordialidad, autodisciplina, flexibilidad

funcionalidad: conocimiento propio, aceptación, seguridad, autoestima, autocontrol, autonomía, propósito, dirección en la vida, comprensión, empatía, interioridad, conexión interpersonal

realización: darse, trascenderse

Para considerar si hay madurez suficiente no existen unos límites únicos, influyen las demandas del contexto. Aunque no seamos perfectos se parte de una base de suficiente: autocontrol, autonomía, conocimiento propio, proyecto, convivencia. Se tiene madurez suficiente para ejercer una determinada profesión, para vivir juntos, para controlar impulsos en una discusión…

Debemos partir de una consistencia que dé paso a la convivencia, a llenar de contenido, profundidad y a trascenderse.

Existe conexión entre los factores dimensionales de la personalidad y la madurez, así como madurez suficiente. Conforme vamos ascendiendo en la pirámide vemos que esta culmina en «darse» y «trascenderse«. Necesitamos dar sentido a nuestra vida. Hay ocasiones en las que hay problemas en la parte superior de la pirámide, hay ocasiones en las que es necesario bajar para trabajar aspectos de la base.

Es imposible reflejar aquí la exposición tan exhaustiva y amena que nos regaló nuestro insigne ponente sobre un tema apasionante e imprescindible hoy más que nunca. Recogemos como reto la propuesta lanzada al comienzo. Hasta pronto y gracias, gracias, gracias.

Libro recomendado

CUESTIONES DE FAMILIA
Adrián Cano, Raquel Martín, Carmen Laspra, Irene Alústiza
Editorial EUNSA. 2021
ISBN 978-84-313-3667-7