​El jueves, día 13 de abril, tuvo lugar en las dependencias del Instituto Andaluz de la Mujer una sesión práctica sobre gestión de emociones.

El taller estaba dirigido a mentorizadas del “Programa de acompañamiento y mentorización”, así como también a mentoras del “III Programa de Mentoring, Liderando en Femenino”, que viene desarrollando la Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas Foro Mujer y Sociedad.

La sesión estuvo dirigida por la Coordinadora del IAM, María Esparza Conesa, Psicóloga general sanitaria, Máster en gestión emocional y coaching motivacional.

La charla empezó con una breve exposición general, en la que explicó cuántas emociones hay y cómo, según nuestras características personales, tenemos distintas formas de identificarlas.

Las diferentes formas de aprendizaje temprano, la educación familiar, y las experiencias vividas, hacen que cada uno vivamos de distinta manera emociones como la gratitud, el orgullo, la vergüenza, la alegría, la tristeza y muchas más.

Siempre con la ayuda de María, pasamos a analizar cuáles son nuestras emociones dominantes.

De forma sencilla y coloquial, y, exponiéndolo al grupo, pudimos beneficiarnos compartiendo este análisis experimental.

A partir de la herramienta del DAFO, herramienta de análisis de debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades, utilizada en el ámbito empresarial, aplicamos esta técnica al terreno de las emociones.

Para finalizar, María nos propuso un test de inteligencia emocional para explorar cómo expresamos y sentimos las emociones, cómo comprendemos nuestros estados emocionales, y cómo los regulamos.

Ha sido una experiencia muy enriquecedora pues ha supuesto un viaje interior, ir a la búsqueda de nuestras emociones, para poder identificarlas sabiendo que, si buscamos, encontramos muchas emociones, muy diferentes unas de otras.

No es de extrañar, la emoción y el sentimiento que se genera como consecuencia, es común a la especie humana.

El autoconocimiento nos lleva a saber que, para bien o para mal, nadie está libre de ellas, no existe la perfección, pero que si trabajamos el autocontrol, podemos llegar a conseguir el equilibrio emocional necesario para una vida lograda.